Una mañana me levanté y todo habia cambiado. Nisiquiera tuve que abrir los ojos para darme cuenta, fue una sensación, un escalofrio que me recorrió todo el cuerpo advirtiendome de ello. Quise hacer como si nada pero cuando abri los ojos no reconocí donde estaba, que estaba haciendo allí y sola, tirada en aquella cama mientras el sol se dejaba entrever con sus rayos atravesando los huecos de la ventana...pero en medio de ese desconcierto reconocí un olor, ese bendito olor...la playa, estaba en mi playa, en nuestra playa, aquella playa me vio morir y nacer aquella noche que saliste de entre medio de las olas para salvarme. Pero espera, donde estas tú? porque no estas aqui? que ha pasado?
Me levanté de la cama, me dolia todo, me sentia tan cansada...aún asi me levanté y con gran esfuerzo abrí la ventana. Derrepente entró el aire mas fresco y puro del mundo, e inalé, el sol brillaba con tal intensidad que podia sentir como se posaba en mi piel y el mar , ai el mar, mi olor, mi recuerdo, mi corazón...desprendia su mejor fragancia, con la que me senti segura dentro de todo aquello.
Derrepente vi un rostro reflejado en el cristal, era una mujer mayor, tenia el pelo completamente blanco y tenia una expresión de felicidad que nunca antes habia visto pero lo mejor, lo más sorprendente fue cuando la mire a los ojos y me di cuenta que esa mujer con su rostro marcado por los años era yo, yo.
-No lo entiendo, que ha pasado? donde estas? porque he envejecido? ...en ese momeno oi una voz que me atrajo a la playa y sin pensarmelo empezé a caminar. Apenas toqué la arena y ai estabas tú, saliendo de entre las olas con esa cara y ese alma que un dia me dieron la vida...olvidé lo que me preocupaba, de echo todo empezaba a cuadrarme.
-Esa promesa de estar juntos para siempre me salvó la vida, me ayudo a vivir con plenitud, a disfrutar de ella ya que sabia que tu estarias al final...
Me cojiste de la mano y al acerlo volví a ser yo, volví a ser aquella jovencita que un dia quiso comerse el mundo... y nos alejamos, me llevaste contigo como prometiste, en nuestra playa con nuestro atardecer...
No hay ninguna imagen más perfecta que la de dos amantes, que con paciencia han conseguido su final de cuento de adas.
Mahalo